Daniel Fernández / / 26 de junio del 2024

El PIB de Argentina cae un 5.1% bajo el Gobierno de Milei

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Las expectativas de crecimiento de la economía argentina eran muy pesimistas. El reajuste macroeconómico lleva aparejado, de manera habitual, una caída en la actividad económica. Y, efectivamente, el PIB de Argentina ha caído de manera agresiva nada menos que un 5.1% en términos interanuales en el primer trimestre de 2024.

Ahora bien, analizando con detenimiento el gráfico 1 podemos observar como la caída en el PIB de Argentina, sí bien es muy elevada, no es una novedad en el desempeño macroeconómico reciente del país sudamericano. Sin ir más lejos, en el segundo trimestre de 2023 se registró una caída prácticamente idéntica a la actual en el PIB de Argentina.

Si analizamos el crecimiento trimestral desestacionalizado desde el año 2021 hasta el 2024, vemos como la caída actual es del 2,6% del PIB (cifra también enorme para ser un cambio trimestral). Sin embargo, esta caída es prácticamente idéntica a la que sufrió la economía argentina hasta en tres trimestres diferentes bajo el Gobierno saliente de Alberto Fernández (2022T4, 2023T2, 2023T4).

A pesar de la gran caída en el PIB de Argentina en el primer trimestre de 2024, esta caída ha sido mucho menor de lo que los analistas esperaban. Diferentes indicadores adelantados de actividad económica como la actividad del sector construcción, el índice de producción industrial (IPI) o el estimador mensual de actividad económica (EMAE) marcaban una caída gigantesca de la economía, muy superior a la que finalmente ocurrió en el PIB.

Por tanto, la caída en el PIB de Argentina en el Gobierno de Milei ha sido mucho más moderada de lo que se esperaba.

Por último, analicemos la marcha del PIB por sector económico. La construcción es el sector que más sufre en Argentina. Esto es lógico, y no sólo porque es uno de los sectores más pro cíclicos en las economías modernas, sino también porque es uno de los lugares en los que el Gobierno argentino más está restringiendo el nivel de gasto.

La manufactura también sufre de sobremanera, probablemente derivado del encarecimiento de los insumos intermedios provocados por la devaluación del tipo de cambio oficial (es decir, que el Gobierno ha dejado de regalar unos dólares que no tenía al sector productivo). Las finanzas también sufren debido en este caso también a su marcado carácter pro cíclico y al saneamiento del Banco Central de la República Argentina ya que los pasivos remunerados de esta entidad están cayendo, y estos pasivos son fuente de ingreso para el sector financiero argentino (es decir, que el Gobierno ha dejado de transferir ingresos al sector financiero)[1].

Conclusiones

El Gobierno argentino ha acometido uno de los mayores reajustes macroeconómicos contemporáneos, con un reajuste fiscal mayúsculo y una reestructuración gigantesca en el balance de su banco central. Ante esta situación, es natural que las cifras de actividad se resientan.

A pesar de todo, el PIB de Argentina ha caído menos de lo esperado si tenemos en cuenta el desarrollo de los indicadores adelantados de actividad económica. También podemos decir, sin temor a equivocarnos, que una caída similar a la acontecida bajo el Gobierno de Milei tuvo lugar en tres ocasiones bajo el Gobierno de Alberto Fernández (sin contar con los cierres vinculados a la pandemia).

Por todo ello, y a pesar de los malos datos de crecimiento, lo más sensato es mantenerse moderadamente optimistas con el desempeño de la economía argentina en los primeros meses del Gobierno de Javier Milei.


[1] Ante el corte de ingresos al sector productivo y al sector financiero, no es de extrañar que una parte de los empresarios argentinos no estén demasiado contentos con las políticas de ajuste del Gobierno de Milei.

AVISO IMPORTANTE: El análisis contenido en este artículo es obra exclusiva de su autor. Las aseveraciones realizadas no son necesariamente compartidas ni son la postura oficial de la UFM.

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Daniel Fernández

Daniel Fernández es doctor en economía, profesor en la Universidad Francisco Marroquín y director de UFM Market Trends.

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