Daniel Fernández / / 12 de septiembre del 2024

La terapia de shock de Milei empieza a funcionar

La terapia de shock de Milei empieza a funcionar

La terapia de shock de Milei está dando muy buenos resultados macroeconómicos. Recientemente hemos visto como la actividad económica, después de meses muy malos, empieza a crecer con fuerza y el sector industrial registra su mejor mes desde 2020.

Aquí se puede encontrar un artículo donde efectivamente se puede ver que la actividad económica repunta en los últimos meses.

El logro incompleto de Milei: la inflación se estanca en el 4% mensual

Después de meses de buenos datos en lo que a inflación se refiere, parece que la inflación de Argentina se ha estancado cerca del 4% mensual.

Si vemos la inflación por tipo de bien, vemos que los precios núcleo, aquellos que son menos volátiles y que sólo indirectamente están vinculados a los “tarifazos” de los precios regulados, se han estancado sobre el 4% desde mayo de 2024.

La persistencia de la inflación sobre el 4% mensual empieza a ser un problema. A pesar de que una inflación del 4% mensual puede parecer baja en comparación con el desastre monetario que dejó el gobierno saliente de Alberto Fernández, en términos anuales estamos hablando de una inflación del 60%, siendo una de las más altas del mundo todavía.

Es cierto que el gobierno de Milei lleva poco tiempo en el poder, pero no se puede hablar de éxito en el control de inflación hasta que la inflación anual no sea de un dígito, lo que conlleva una inflación mensual por debajo del 0,8%, y Argentina todavía está muy lejos de esa cifra.

La fase 2 del plan de Milei: ¿éxito o fracaso?

Curiosamente, el estancamiento de la inflación ha ocurrido en el cambio entre las fases del plan de Milei.

Como comentamos en esta conferencia de UFM Reform Watch, la fase 1 del plan de Milei consistió en un saneamiento del balance del BCRA y en una acumulación de reservas internacionales. Esto es lo que podríamos llamar un control cualitativo del dinero. Por ejemplo, aquí vemos como las obligaciones financieras no monetarias, aquellas por las que el BCRA tenía que pagar una fortuna, han caído en picado.

La fase 1 del plan de Milei terminó en junio y consiguió controlar la inflación, pero tuvo el resultado (no esperado) de ampliar la brecha cambiaria, por lo que fue abandonada por la fase 2 con vistas a eliminar el cepo.

La fase 2 del plan de Milei está consistiendo en un control cuantitativo de la base monetaria unido a una paralización de las compras de divisas (en incluso ventas netas de las mismas). La idea es hacer relativamente escaso al peso y dejar que la entrada de dólares por exportaciones inunde a la economía de dólares para disminuir la brecha cambiaria.

Efectivamente, la base monetaria ha sido casi congelada desde julio.

Y por su parte, la acumulación de reservas internacionales ha frenado o incluso ha caído de forma neta desde julio.

Todo esto ha tenido la ventaja de efectivamente disminuir la brecha cambiaria, que ha caído en picado desde julio de 2024 después que el gobierno recibiera muchas críticas por la separación entre el tipo de cambio oficial y el tipo de cambio de mercado.

Las expectativas del mercado: ¿bajará la inflación?

Podemos decir que la fase 2 del gobierno de Milei sí está funcionando sí su objetivo era cerrar la brecha cambiaria.

Ahora bien, parece que el control de la inflación se ha enquistado, por lo que arreglar un problema posiblemente ha generado otro. Y es que, parece bastante claro que la primera fase del plan de Milei estaba siendo mucho más exitosa que la segunda a la hora de controlar la inflación.

Las expectativas de inflación, que fueron muy positivas durante los primeros meses del gobierno de Milei, se han enfriado. Lo más optimistas ahora creen que la inflación se estancará sobre el 2,5% mensual. Lo más pesimistas ahora creen que la inflación podría incrementar hasta el 5% mensual (desde el 4% actual).

Cabe mencionar también que las expectativas sobre inflación son más dispersas hoy que hace unos meses, es decir, hay menos consenso sobre el resultado de esta segunda fase del plan de Milei que sobre la primera.

El impacto del crédito en la cantidad de dinero en circulación

Es digno de mención también que el crédito este incrementando con bastante fuerza, lo que tiene un impacto expansivo sobre la cantidad de dinero que llega a los bolsillos de los argentinos (la base monetaria podría no estar creciendo, pero las disponibilidades monetarias de los argentinos en forma de depósitos sí).

Todo el crédito, en términos reales, perdido entre noviembre de 2023 y abril de 2024 ha sido recuperado desde mayo a agosto de 2024. Es decir, la parada en la caída de la inflación coincide casi al milímetro con la expansión de crédito privado.

La sustitución de crédito público por crédito privado es muy buena noticia para la economía argentina, y como ya hemos comentado, esto podría estar detrás del reciente despegue de actividad.

Ahora bien, es posible que la administración Milei esté tomando una actitud demasiado permisiva o laxa con el tipo de interés, lo que a su vez empujaría a este crecimiento del crédito. El tipo de interés del BCRA se sitúa en 3,4% mensual, claramente por debajo de la inflación, lo que redunda en una tasa de interés real de -0,8%.

La tasa de interés real negativa incentiva el endeudamiento, y ante la falta de endeudamiento del sector público, es el privado el que lo está haciendo con fuerza. Una vez más, esto es positivo para la economía de Argentina, pero no tanto para el control de la inflación.

Por tanto, el siguiente paso para volver a tomar las riendas del control de la inflación y bajar del 10% anual, sería volver a contar con un tipo de interés real positivo.

Conclusión

La economía argentina muestra muchísimos menos desequilibrios macroeconómicos hoy que hace 9 meses. Pero la magia macroeconómica no existe, y, en algunas variables, la economía argentina y sus autoridades todavía andan en el filo de la navaja.

El tipo de interés real, variable relativamente secundaria hace unos meses cuando el BCRA estaba inundado de bonos basura del gobierno de Argentina, ha pasado ahora a ejercer una presión mayúscula sobre las variables monetarias de Argentina.

Pero el tipo de interés real no es lo único que merece la atención de las autoridades monetarias de Argentina, la liberalización del tipo de cambio es ya una posibilidad, ya no existen los desequilibrios macroeconómicos de hace unos meses, por lo que un levantamiento del cepo que podría haber sido problemático hace unos meses con seguridad afrontaría muchos menos problemas hoy. No olvidemos que el control de capitales posiblemente tiene limitado el nivel de capitales que entra en Argentina, lo que a su vez redundaría en una relajación sobre el tipo de cambio en un mercado libre.

AVISO IMPORTANTE: El análisis contenido en este artículo es obra exclusiva de su autor. Las aseveraciones realizadas no son necesariamente compartidas ni son la postura oficial de la UFM.

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Daniel Fernández

Daniel Fernández es doctor en economía, profesor en la Universidad Francisco Marroquín y director de UFM Market Trends.

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