Daniel Fernández / / 13 de abril del 2025

Argentina sale del cepo cambiario por la puerta grande

Argentina sale del cepo cambiario por la puerta grande

El control de divisas, una política desnortada y demasiado utilizada en Argentina, se implementó por el gobierno argentino en el año 2011 y, aunque ha tenido diferentes fases de levantamiento/endurecimiento de medidas restrictivas para el acceso a divisas, se ha mantenido hasta que Milei lo ha (casi) eliminado en abril del año 2025[1].

Después de un 2024 de ajuste monetario y fiscal sin precedentes, quedaba por resolver una de las grandes asignaturas pendientes de la economía argentina: la libertad en el mercado de divisas. La promesa de libertad cambiaria de Javier Milei se ha hecho esperar, pero es ahora una realidad.

¿Por qué no se terminó con el cepo antes?

El kirchnerismo había impuesto el cepo como medida restrictiva de acceso a divisas debido al abuso que constantemente se había hecho del BCRA para financiar los déficits públicos. Antes de la llegada de Milei al poder, la financiación acumulada del BCRA al gobierno argentino había llegado a 200.000 millones de dólares.

En claro contraste, las reservas monetarias habían desaparecido paulatinamente del balance del BCRA.

Con una financiación creciente del déficit y una cantidad de reservas decreciente, la situación financiera del BCRA era crítica a finales del año 2023. En el año 2024, en claro contraste, el Gobierno de Milei saneó el BCRA, primero incrementando las reservas internacionales y, en segundo lugar, transfiriendo fuera del balance del banco central al tesoro los activos más problemáticos (una parte de las letras intransferibles).

El final del cepo y el acuerdo con el FMI

A pesar de la disciplina fiscal y monetaria, el final del cepo tendría que esperar algo más. Y es que Argentina ha tenido problemas para acumular reservas internacionales. El superávit fiscal no es suficiente para amortizar la gigantesca deuda que ha ido venciendo, deuda que obliga a pagar al gobierno argentino tanto a organismos internacionales como a tenedores privados de deuda.

El gobierno argentino estimaba que, para salir del cepo con garantías, se necesitaban muchas más reservas monetarias de las que se podían obtener mediante la disciplina fiscal en el corto plazo.

El objetivo de la acumulación de reservas es evitar que, o bien por miedo, o bien por un ataque especulativo, una sobreventa de pesos en el mercado no pueda ser contrarrestada por el banco central retirando esos pesos y entregando dólares a cambio. Es decir, la acumulación de reservas sirve para que la liberación del cepo pudiera tener garantías de durabilidad.

Por este motivo se ha llegado a un acuerdo con el FMI (y con algunas otras instituciones internacionales como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo). Estos acuerdos llenarán de reservas monetarias al BCRA en este mismo año, reservas que servirán para dar seguridad de que el cepo se puede retirar con garantías de que no volverá a ser implementado. Gracias a estos acuerdos, las reservas monetarias de Argentina se duplicarán en el año 2025.

El nuevo régimen cambiario argentino: bandas de flotación sucias

Después de años de controles de divisas, el Gobierno de Javier Milei pone fin a gran parte de las restricciones para la compra y venta de divisas que sufrían los argentinos.

Las personas físicas gozarán de completa libertad para comprar y vender dólares mientras que las personas jurídicas tendrán todavía algunas restricciones, especialmente en lo que tiene que ver con beneficios generados en Argentina antes de 2024.

El nuevo régimen cambiario es uno de libertad de negociación de divisas, aunque con límites impuestos por el banco central. Cuando el peso cotice entre 1000 y 1400, el BCRA no hará absolutamente nada, es decir, se dejará “flotar” al peso en el mercado. Si el precio del peso cae por debajo de 1000, el BCRA comprará dólares en el mercado y emitirá pesos. Si, por el contrario, el precio sube de 1400, el BCRA venderán dólares en el mercado.

Este régimen que se está implementando en Argentina recibe el nombre de flotación sucia. La idea es que existe libertad en el movimiento de precios… hasta que los precios tocan los límites impuestos por el banco central. No es algo tan diferente a un tipo de cambio fijo, tipo de cambio que solo se puede mantener si existe disciplina fiscal y monetaria.

¿Es el nuevo régimen cambiario una devaluación del peso?

A pesar de las buenas noticias en lo que a libertad en el mercado de divisas se refiere, en cierta medida el nuevo régimen de flotación sucia argentino podría ser entendido como una devaluación monetaria encubierta en comparación con el anterior régimen.

De hecho, la banda alta de flotación, los 1400 pesos por dólar, se ha establecido muy por encima del último tipo de cambio oficial (1073,5 pesos por dólar) e incluso por encima del tipo de mercado (1355 pesos por dólar), tipo que ya se había depreciado en el último mes ante la expectativa de la devaluación que ahora ocurre.

Por tanto, el peso argentino, que hasta este momento tenía un precio oficial de 1073 pesos por dólar, ahora no será estabilizado hasta que su precio no llegue a 1400 pesos por dólar.

Y precisamente la expectativa de esta devaluación es la que generó una salida de reservas monetarias en el último mes en Argentina. Y es que los agentes privados habían anticipado de forma correcta que la liberación del cepo vendría de la mano de una devaluación.

¿Es el nuevo régimen de flotación creíble?

Ya hemos comentado que se han acumulado suficientes dólares para garantizar el mantenimiento del nuevo régimen cambiario ante cualquier salida de dólares extraordinaria (al menos en el corto plazo).

Pero, para que el régimen de flotación sucia sea exitoso en el largo plazo se necesita que la disciplina fiscal se mantenga firme. En este sentido, el Gobierno de Milei ha acumulado en el año 2024 un superávit fiscal mucho mayor del esperado y ha iniciado 2025 de la misma manera.

El problema, empero, no es la credibilidad del Gobierno de Milei, que parece totalmente comprometido con la estabilidad monetaria y fiscal, el problema podría venir por la posibilidad de que en el futuro el Kirchnerismo vuelva al poder y vuelva a destruir el balance del BCRA y la credibilidad que tanto esfuerzo está costando generar.

En la medida en que los dólares del BCRA permanezcan allí y no sean “asaltados” por el poder político (eso y no otra cosa eran las letras intransferibles del Kirchnerismo) y, en la medida en que el déficit fiscal no aparezca o no sea monetizado por el BCRA (o por un sector bancario que reciba ayuda del banco central), el subtipo de tipo de cambio fijo que se está implementando en Argentina podría ser exitoso y generar un esquema monetario estable que fomente el crecimiento económico en el largo plazo.

¿Cuál es futuro cercano de la inflación en Argentina?

Después del reciente repunte inflacionario (+3,7% MoM en marzo) y de la liberación del mercado de divisas (sustitución cepo por bandas de flotación sucia), ¿qué podemos esperar de la inflación argentina en el futuro cercano?

Con un régimen cambiario mucho más libre que el actual, las posibilidades de entrada de reservas internacionales en el país, así como de inversión extranjera, se multiplican.

Normalizar las relaciones de la balanza de pagos (pagos y cobros del exterior) podría incrementar las reservas del país, estabilizar el tipo de cambio y, por consiguiente, mejorar la calidad del peso.

En el corto plazo, empero, la volatilidad podría aparecer, especialmente podría ocurrir un salto inflacionario derivado de la devaluación encubierta a la que nos hemos referido más arriba.

A pesar de todo, si se mantiene la política monetaria y fiscal (que parecen inamovibles), la estabilidad cambiaria y monetaria reinará en Argentina y la inflación tenderá a bajar.

Conclusión

La eliminación (casi total) del cepo cambiario en Argentina se ha hecho esperar porque sin suficientes dólares en la “caja” del BCRA, no había garantías de que la liberación del mercado de divisas pudiese perdurar en el tiempo.

El acuerdo con el FMI (y otras instituciones) dotan de recursos al BCRA para aguantar presiones vendedoras (ya sea por pánico o por ataques especulativos) del peso.

Si se mantiene la estabilidad fiscal, el establecimiento del régimen de flotación sucia no tendrá problemas para subsistir en el tiempo.


[1] Entre 2015 y 2019 el Gobierno de Mauricio Macri también levantó el cepo, pero lo reinstauró en agosto de 2019.

AVISO IMPORTANTE: El análisis contenido en este artículo es obra exclusiva de su autor. Las aseveraciones realizadas no son necesariamente compartidas ni son la postura oficial de la UFM.

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Daniel Fernández

Daniel Fernández es doctor en economía, profesor en la Universidad Francisco Marroquín y director de UFM Market Trends.

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