El fin del cepo y el cierre de la brecha cambiaria
Las medidas de shock implementadas por el Gobierno de Javier Milei para evitar la hiperinflación y el default de deuda hacia el que se dirigía la economía argentina han tenido efectos en otras variables económicas como el tipo de cambio y la brecha cambiaria.
La política de la “escasez de pesos”
El superávit fiscal y la restricción monetaria han provocado una “escasez de pesos” en el mercado cambiario. Esto ha generado una tendencia a la baja en el tipo de cambio, tendencia muy marcada desde julio del año 2024.
La escasez de pesos en Argentina no ha sido fruto de la casualidad, sino de una política deliberada. La escasez de pesos es un objetivo buscado explícitamente por el gobierno argentino con el fin de cerrar la brecha cambiaria y, posiblemente, acabar con el régimen de control de divisas (cepo). Y efectivamente, la brecha cambiaria se ha cerrado casi por completo en diciembre de 2024.
La escasez de pesos fiscal
El gobierno de Argentina ha acumulado en el año 2024 un superávit fiscal primario (antes del pago de intereses) durante todos y cada uno de los meses del año (hasta octubre que es el último dato disponible en el momento de realizar este artículo).
El superávit fiscal, una vez pagados intereses, sigue siendo positivo, lo que implica un ajuste fiscal mayor que el esperado por los organismos internacionales y, en general, por la práctica totalidad de analistas.
Queda por ver si el Gobierno de Milei consigue finalizar el año 2024 con superávit fiscal, ya que el último mes del año suele ser muy deficitario para las cuentas públicas argentinas[1].
La escasez de pesos monetaria
En un primer momento, la política monetaria llevada a cabo por el gobierno de Argentina fue una de mejora de la calidad de la moneda (mejorando los ratios financieros del BCRA e incrementando reservas internacionales). Desde julio del año 2024, empero, se restringe la emisión monetaria por parte del banco central tal y como podemos ver en el siguiente gráfico.
Tanto el periodo de mejora cualitativa como el de mejora cuantitativa han tenido resultados muy positivos para controlar la inflación.
Podemos decir que la inflación es una forma de medir el poder adquisitivo de la moneda, en concreto se mide relación a una cesta de bienes que se puede comprar dentro de Argentina (precio interno de la moneda). Pero la moneda tiene otro precio, el tipo de cambio, que es el precio externo o capacidad de compra de la moneda en el exterior. Y el control de la calidad y cantidad de la moneda han tenido también un efecto positivo en el tipo de cambio del peso argentino, que como ya hemos visto, ha frenado su tendencia ascendente en el año 2024 e incluso ha empezado a apreciarse desde julio.
La escasez de pesos y la entrada de dólares
La escasez de pesos es una escasez relativa. La principal relación que importa en el mercado cambiario argentino es la escasez con relación al dólar norteamericano. En comparación con la enorme escasez de dólares en el mercado cambiario argentino, el año 2024 ha visto como los dólares generados por el comercio exterior incrementaban al mayor ritmo de los últimos años.
En comparación con los 7.400 millones de dólares de déficit comercial acumulados entre enero y octubre de 2023, entre los mismos meses del año 2024 el superávit comercial llega a ser de casi 16.000 millones de dólares.
Todavía no tenemos disponibles los datos del tercer trimestre de 2024 de la balanza financiera de Argentina, balanza que registra las inversiones y la entrada y salida de capitales líquidos, pero es más que posible que Argentina haya recibido una fuerte inversión en ese trimestre.
Conclusión
La política de escasez de pesos anunciada por el gobierno en julio de 2024 ha sido un éxito absoluto. El peso se ha apreciado contra el dólar desde ese momento, cerrando la brecha cambiaria y posibilitando el levantamiento del cepo cambiario sin apenas “dolor” (en términos macroeconómicos).
Este artículo es un extracto del informe que analiza el primer año de Javier Milei en la presidencia de Argentina que se publicará el 10 de diciembre de 2024.
[1] En cualquier caso, esto será una curiosidad más que un asunto principal, ya que incluso un pequeño déficit del 0,1 o 0,2% del PIB sigue conllevando un ajuste fiscal gigantesco para Argentina (mayor al 4% del PIB).
AVISO IMPORTANTE: El análisis contenido en este artículo es obra exclusiva de su autor. Las aseveraciones realizadas no son necesariamente compartidas ni son la postura oficial de la UFM.