Ricardo Rojas / / 14 de septiembre del 2025

Sobre el resultado de las elecciones provinciales en la Provincia de Buenos Aires

Sobre el resultado de las elecciones provinciales en la Provincia de Buenos Aires

La reciente elección local en la Provincia de Buenos Aires produjo múltiples comentarios y especulaciones con respecto a la marcha del gobierno. En general se ha dicho que Milei «perdió» las elecciones, y que el resultado habría sido muy malo de cara a los comicios nacionales de octubre.

Dos salvedades

Lo primero que corresponde advertir es que existe una gran diferencia entre las elecciones provinciales y las nacionales. La diferencia tiene que ver con los incentivos, tanto en los políticos como en los votantes, la participación de agrupaciones locales con poder electoral en las ciudades que no existen a nivel nacional, la organización de los comicios que en las elecciones provinciales se rigen por legislación local y son supervisados por autoridades provinciales, lo que genera no pocos problemas.

De hecho, en 2023, los resultados de las elecciones locales en las provincias mostraban la virtual inexistencia de la agrupación de Milei. De hecho, los analistas políticos y periodistas comenzaron a quitarle entidad a la propuesta libertaria, a la luz de su nula presencia en las provincias. Pero los resultados a nivel nacional son bien conocidos.

Lo segundo que se debe señalar es que, al igual que la elección nacional de octubre, estas elecciones provinciales son mayormente de medio término, es decir que ni siquiera incluyen elección de gobernadores. Son elecciones fuertemente localistas, donde se debate el poder territorial de los legisladores provinciales, concejales e intendentes. En estos casos, existen dirigentes independientes o partidos vecinales que, en ciertas ciudades o pueblos, tienen mayor poder electoral que el peronismo o La Libertad Avanza (LLA) de Milei, ello se vio en el resultado de las elecciones en la provincia de Buenos Aires.

Sin embargo, lo que está en juego en octubre es algo muy distinto. Se renovará la mitad del Congreso Nacional y los senadores nacionales de 8 provincias.

Ello hace difícil traspasar automáticamente el resultado de las elecciones provinciales a la escena nacional, tal como demostraron con claridad los resultados de 2023. Desde este aspecto, puede decirse que la decisión del gobernador Kicillof de desdoblar —por primera vez— las elecciones provinciales de las nacionales, fue una estrategia exitosa. La gente en cada pueblo o ciudad votó en términos de sus intereses o preferencias locales, pero el gobierno provincial logró instalar a esas decisiones como un apoyo al gobernador y una crítica al presidente.

13 consideraciones puntuales

Con todas estas salvedades, parece bueno hacer un análisis de los números finales, y compararlos con la elección provincial de 2023, para ver qué diferencias se pueden observar. En tal sentido, se pueden extraer estas consideraciones:

1. Votó aproximadamente el 61 % de los ciudadanos habilitados para votar, 2 millones de personas menos que el 75 % que votó para autoridades provinciales en 2023 (10.7 millones contra 8.7 millones).

2. En aquella ocasión el peronismo obtuvo 4.3 millones de votos, que representaron casi el 45 % de los votantes. Esta vez, el peronismo logró 3.8 millones de votos, es decir, 500 mil votos menos, pero ello significó más del 47 % debido a la disminución de la cantidad de votantes.

3. Esta vez, LLA obtuvo 2.7 millones de votos, contra los 2.3 millones de hace dos años, pasando del 24.5 % al 33.7 %. Es decir que, a pesar de la fuerte disminución de votantes (un 20 % menos), la cantidad de votos creció en más de un 15 %.

4. Juntos por el Cambio, el partido de Mauricio Macri, en 2023 obtuvo 2.5 millones de votos, que equivalían al 26.6 %, y esta vez no se presentaron a elecciones. Una parte importante del PRO hizo un acuerdo con LLA, pero muchos de los integrantes de esa alianza, en especial el radicalismo, la Coalición Cívica, partidos vecinales y grupos del PRO alineados con Rodríguez Larreta mantuvieron su oposición tanto al peronismo como al gobierno. Esos votos, entonces, se distribuyeron mayormente entre la gente que no fue a votar, los que anularon sus votos o votaron en blanco, los votantes de la LLA, y varios partidos menores que se crearon para nuclear a la gente independiente y «centrista» que, junto con los partidos de izquierda significaron aproximadamente el 20 % de los votos.

5. De estos números se puede concluir, en primer lugar, que el peronismo no creció electoralmente. Sacó medio millón de votos menos que en 2023 donde, además, existían mayores incentivos para votar pues se elegía gobernador. Es decir, que probablemente una parte de los 2 millones de votantes que no fueron a votar esta vez, está entre los 500 mil que perdió el peronismo.

6. Una segunda conclusión que es posible extraer es que, en ese mismo universo de menos votantes, LLA creció más del 15 % (400 mil votos más que en 2023). Lo que puede deducirse de esto es que buena parte de ese crecimiento esté dado por parte de los votantes de Juntos por el Cambio pertenecientes al PRO, que esta vez optaron por esa lista que incluía a candidatos de ese sector.

7. De este modo, dejando por un momento de lado los 2 millones de votos de menos que se emitieron esta vez, pareciera que hubo un retroceso no muy pronunciado en el peronismo, y un crecimiento en LLA, que puede deberse fundamentalmente al flujo de votantes del PRO. De este modo, aparece una primera evidencia en los números que indicaría que LLA no «perdió» en estas elecciones, sino que pareciera tener una leve mejora con relación a lo que ocurrió hace dos años.

8. Si examinamos ahora sí los 2 millones de votos de menos, deberíamos concluir que se trata de personas que no están conformes ni con el peronismo ni con LLA. No hay que desconocer al respecto que al no estar en juego el cargo de gobernador, la disposición de los partidos para movilizar a la gente a votar por los mecanismos nada cristalinos con los que se suele nutrir las urnas, no se justificaba. En este sentido es probable que el peronismo haya sentido las consecuencias de la disminución de fondos para hacer política y las divisiones internas que exhibió en los últimos tramos de la campaña.

Entonces se podría decir que buena parte de esos 2 millones son personas que en 2023 votaron por el peronismo y esta vez no tuvieron incentivos para ir a votar o se desencantaron del populismo extremo (esos 500 mil menos de votos que sacó este año), y buena parte de los votantes de Juntos por el Cambio que había sacado en 2023 2.5 millones de votos.

9. Fue una elección inexistente para el radicalismo, otrora fuerte en las provincias, cuyos últimos seguidores se encuentran entre los que no fueron a votar y los que votaron opciones menores.

10. Durante todo el día se escucharon y vieron por las redes denuncias de todo tipo respecto de formas de microfraude, robo de boletas, y otras típicas maniobras que el arcaico sistema electoral de la provincia —mantenido intencionalmente— permite al oficialismo bonaerense. Hacia el futuro será esencial lograr un cambio de sistema, y es bueno recordar que para las elecciones de octubre se utilizará la boleta única, la elección será organizada y supervisada por autoridades nacionales, y la seguridad del comicio, de las boletas, urnas y actas será garantizado por las fuerzas federales.

11. Consecuentemente, la idea, planteada desde LLA y el peronismo de que la elección se había nacionalizado fue errónea. El interés estuvo centrado en cada zona, y se vieron distritos en los que agrupaciones vecinales o dirigentes independientes les ganaron a ambos partidos con holgura. Pero esa falsa polarización planteada desde los partidos nacionales, fue beneficiosa publicitariamente para el peronismo, lo que explica que se haya generalizado la idea de que Milei «perdió» las elecciones.

La búsqueda frenética por saber quién de los dos sacó más votos, en estas condiciones, es estéril. En todo caso, creo que sí vale la comparación de que el peronismo sacó medio millón de votos menos que hace dos años y LLA 400 mil más, en un contexto de 2 millones de votantes menos.

12. El hecho más significativo es que existe una cantidad muy alta de votantes que no están conformes ni con el peronismo ni con LLA. Son más de 2.5 millones de votantes que, o no fueron expresamente a votar por desinterés o votaron por alguna de las expresiones no radicalizadas que se presentaron como opción. Esos votantes probablemente están desencantados con el peronismo, no quieren volver al pasado, pero no terminan de interesarse por Milei. Sobre esa gente habrá que trabajar mucho de cara a las elecciones de octubre.

13. Creo que un error de percepción sobre el resultado de las elecciones bonaerenses tiene que ver con la actitud de los votantes del desaparecido Juntos por el Cambio. Para mucha gente, la oposición al peronismo automáticamente provocaría una alianza o unión de LLA con lo que fue Juntos por el Cambio, que con matices podrían coexistir, y que la gente finalmente apoyaría a Milei para evitar el retorno del peor peronismo. Pero ello no fue así, son cosas muy distintas ambas expresiones políticas.

Ello se advirtió en las elecciones de 2023. En las primarias (PASO), Juntos por el Cambio realizó su elección interna, entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Lo votos obtenidos por ambos candidatos en las PASO presagiaba que probablemente quedarían primeros en la primera vuelta electoral para Presidente.

Sin embargo, cuando poco después se produjo la votación real, disminuyeron considerablemente los votos obtenidos por Bullrich y crecieron en la misma medida los votos del peronismo (Sergio Massa). Eso demostró que los votantes de Rodríguez Larreta ni siquiera estaban dispuestos a votar por una opción un poco más liberal o de derecha dentro de su propia agrupación, y votaron directamente por Massa, lo que dejó a Bullrich en tercera posición y fuera de la segunda vuelta.

Esa gente, esta vez, no fue a votar. Por ello hay un gran trabajo de seducción que tiene pendiente Milei y LLA —que no es nada fácil—, para traer a esos dos millones de votos que no quieren kirchnerismo pero tampoco liberalismo, para que apoyen al gobierno.

Tarea difícil, pues dentro de lo que antes fue Juntos por el Cambio coexisten radicales, socialdemócratas, empleados públicos, recalcitrantes estatistas que no se animaron a ser peronistas, etc.

14. En esa tarea de convencimiento que permita ganar elecciones, Milei tiene como uno de sus peores enemigos a los propios libertarios que no ven a la política como política sino como un ejercicio dialéctico académico. Esa gente que le criticó a Milei en estas elecciones provinciales no haber hecho acuerdos con partidos vecinales -integrados por ex radicales, socialistas, estatistas y peronistas-, pero que, al mismo tiempo, cuando Milei abre el juego de las listas políticas a gente que no es de «pura raza», denuncian que está llenado el partido de peronistas y socialdemócratas.

AVISO IMPORTANTE: El análisis contenido en este artículo es obra exclusiva de su autor. Las aseveraciones realizadas no son necesariamente compartidas ni son la postura oficial de la UFM.

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Ricardo Rojas

Actualmente director del Centro Bruno Leoni de la UFM. Autor de innumerables libros, entre ellos el ya famoso libro La inflación como delito, frecuentemente citado por Javier Milei. Doctor en Historia Económica. Ex magistrado de cámara en lo criminal de Argentina.

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